Nunca pensé que pudiera ser tan doloroso.
Si sólo éramos conocidos.
Si sólo éramos compañeros.
Si sólo eras esa persona con la que hablaba todos los días.
Si sólo eras la última persona en la que pensaba cuando me iba a dormir y la primera en la que pensaba en el mismo momento en el que abría los ojos al despertar.
Si no eras nadie para mí.
O eso creía yo.
O al menos eso era lo que yo quería creer.
Pero ahora te doy por desaparecido. Ahora soy plenamente consciente de que nuestra relación, que nunca llegó a ser ubicada en una determinada clasificación, ha llegado a su fin.
Ahora es cuando siento esa presión tan fuerte sobre mi pecho que oprime mi respiración.
Ahora es cuando las lágrimas brotan de mis ojos en un torrente incontrolable.
Ahora es cuando me recuerdo a mí misma la firme promesa que me hice de no llorar jamás por ti.
Ahora es cuando me vienen a la cabeza esos fríos pensamientos que giraban en torno a la idea de no permitirme sentir lo que siento por ti.
Ahora es cuando vuelven a mi conciencia esos miedos que ya me bombardeaban cuando todo esto empezó. Si ya en ese momento tenía la seguridad de que no era una buena alternativa dejarme llevar y comenzar a sentir algo más por ti. Pero no sé cómo lograste penetrar en lo más profundo de mi corazón, para resquebrajarlo en millones de pedacitos fríamente y desde lo más profundo.
No consigo entender en qué momento tú cobraste tanta importancia para mí.
No entiendo cómo pude dejar que llegaras a ser tan doloroso para mí.
No entiendo cómo pude permitir que calaras en mis entrañas.
No entiendo cómo puedo estar sufriendo por ti.
Ahora no creo, ahora tengo la certeza, de entender que me enamoré de alguien que no era nadie para mí. De esa persona tan insignificante para mi corazón con la que soñaré despierta de nuevo en el preciso instante en que cierre mis párpados y cuya voz escucharé como si me susurrase al oído el más bello poema.

Me encanto tan triste como tierno y tan sincero como directo al corazón me encantaría hablar sobre escritura contigo por privado te dejo mi Facebook Diego Ortega Fernández de Córdoba . Un saludo y te sigo leyendo
ResponderEliminarHola Diego, no utilizo Facebook (soy un bicho raro, lo sé 😅). Si estás en Twitter ahí tengo en mismo nombre que en el blog.
ResponderEliminar