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Soñar, soñar y soñar...

Soñar…

Soñar…

Y soñar…

Si el amor es un sentimiento bonito y profundo, ¿cómo es posible que sea tan difícil de construir? Sí que es cierto que al igual que es bonito y profundo, también es único. Supongo que con esto respondo a mi propia pregunta: EL AMOR ES COMPLEJO PORQUE ES ÚNICO.

Sí, estoy convencida de que ese sentimiento, y con tanta intensidad, únicamente puede aflorar una vez en la vida. Y también estoy convencida de que es único porque aparece con nombre y apellidos. Una única persona puede ser capaz de despertar en cada uno de nosotros esa emoción tan fuerte; tan hermosa como peligrosa al mismo tiempo. Y que puede llegar a ser tan jodidamente cruel.

Sólo una única persona en nuestra vida puede generar en nosotros eso que Mario Benedetti
 describió como.

“… te quiero como para escuchar
 tu risa toda la noche
 y dormir en tu pecho,
sin sombras ni fantasmas,
te quiero como para no soltarte jamás”

Y qué desgarrador es saber que esa persona que tienes delante es aquella que querrías para no soltar jamás pero la tienes que dejar marchar. Esa cruel realidad que lo único que te pide es bajarte de la vida. Porque, ¿qué sentido tiene esta vida si no puedes compartirla con la persona que amas?  Sólo te deja la posibilidad de soñar, noche y día, con aquello que podría haber sido y no puede ser. 

A veces tengo la sensación de que lo único que me queda en esta vida es soñar porque siempre que lucho por convertir el sueño en realidad me acabo encontrando sin sueño y sin realidad.

"Cinco minutos bastan para soñar toda una vida, así de relativo es el tiempo"
Mario Benedetti



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